Cada vez parece más claro que puede producirse un fenómeno casi inédito y enormemente relevante para los agentes económicos, como es un largo periodo de tipos de interés reales negativos. Los tipos reales son los tradicionales, los nominales, menos el efecto de la inflación, y se analizan para conocer la ganancia o deterioro de poder adquisitivo del ahorro, sobre todo del mayoritario, el enfocado hacia liquidez o productos de renta fija con riesgo moderado. Se trata de un fenómeno crucial y con relevantes implicaciones en las decisiones de particulares, empresas e inversores.