Los tipos de interés son la variable más esencial, en lo que a impacto se refiere, para todos los agentes de la economía (compañías, inversores, particulares, gobiernos…). Su nivel incide frontalmente en parámetros clave como crecimiento económico, inflación, evolución de beneficios empresariales y mercados, o endeudamiento. Por ejemplo, la evolución de los tipos a corto y a largo plazo es uno de los principales factores que determinan si los precios de las casas suben más o menos, o incluso si bajan. También inciden sobre el déficit fiscal y, por lo tanto, sobre nuestros impuestos. Un último ejemplo de la influencia de los tipos de interés en las vidas de muchos agentes económicos sería la elevada sensibilidad de las carteras de acciones (o patrimonio de muchos particulares) a sus oscilaciones. De ahí la enorme relevancia de hacer un seguimiento y de comprender tanto sus determinantes como efectos. En definitiva, de afinar la capacidad predictiva. Esto es especialmente importante en el actual momento de incertidumbre, con potenciales puntos de inflexión al acecho. En este sentido, la incertidumbre máxima que hemos señalado puede observarse claramente en el hecho de que, mientras en diciembre de 2018 los mercados descontaban tres subidas de tipos de interés oficiales en los EEUU para 2019, actualmente proyectan… tres bajadas. Así, la semana del 3 de junio de 2019, los bancos centrales de los EEUU y la zona euro, realizaron anuncios muy importantes asociados a política monetaria y tipos de interés, con implicaciones muy reseñables para todos los agentes. Por ello, hemos analizados estos anuncios, sus causas y los principales efectos futuros vinculados a diversos ángulos de interés para todos los agentes, plasmándolo en el informe "Repercusiones de los importantes anuncios del BCE y la Fed de la semana pasada"