Una vez más desde hace más de dos años, la incertidumbre se está apropiando del entorno económico global y local en grado máximo. La conjunción de una pandemia aún en proceso, una inflación hoy disparada, unas subidas futuras no menores esperadas en tipos de interés y un relevante conflicto bélico está generando inquietud máxima en los agentes económicos y caídas generalizadas en los activos financieros (bolsas y bonos). Así, se han publicado recientemente los datos de PIB de los principales bloques geográficos del mundo (España incluida), que no han hecho sino acrecentar los temores.