Tras anunciarse el lanzamiento de esta nueva criptomoneda liderada por Facebook en consorcio con 27 grandes compañías, como Vodafone o Pay Pal, parece evidente que el sistema financiero y los agentes económicos perciben el proyecto como una amenaza. Las reacciones no se han hecho esperar. Powell, gobernador de la Reserva Federal, aseguró que la exigencia de la Fed en lo que a seguridad, solidez y regulación en el caso de implementación de Libra será muy elevada; el G7, que establecería un foro de alto nivel para analizar los riesgos financieros; y el Banco de Inglaterra, que lo estudiaría con la mente abierta, pero no con la “puerta abierta”. Incluso el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha llegado a solicitar a sus líderes que detengan el desarrollo de Libra de inmediato. Hasta ahora considerábamos que las bigtechs cooperaban con los bancos, pero Libra representa un punto de inflexión al lanzarse a competir autónomamente en el segmento de pagos, uno de los más rentables del negocio financiero. Es un interesante paso a seguir en la evolución de la innovación financiera, en términos de eficiencia e inclusión, pero debemos plantearnos si compensa hacerlo a costa de privacidad, estabilidad financiera y grado de competencia en el mercado. La ejecución dependerá de la confianza que Facebook consiga generar con su nueva divisa entre los agentes económicos. En esta breve nota, explicamos de manera sencilla qué es Libra, sus diferencias respecto a las criptomonedas tradicionales, así como los retos a los que se enfrenta y los impactos que tendrá en el sistema financiero global.