La economía global depende de los chips supersofisticados fabricados en Taiwán. El impacto de una guerra en esta región sería tan grande que China y el resto del mundo pagarían un precio muy alto.
Nuestra lectura de los resultados de las elecciones en Taiwán va a contracorriente de la opinión más mediática. El nuevo Gobierno se enfrenta a un mandato en minoría, con una economía en desaceleración y enormes retos para diversificar su industria, y reducir su dependencia de la demanda china. Sobre todo, el Partido Comunista Chino se beneficia del nuevo equilibrio de poderes en el Parlamento taiwanés.